Esta es la traducción del artículo original:
Si pudiera agitar una varita mágica y aclarar un concepto erróneo que sigue apareciendo en las discusiones sobre género, sería este:
Muchas personas equiparan tener disforia de género “verdadera” con “ser trans”. Por ejemplo, hablarán con simpatía de las pocas personas que realmente tienen disforia de género y que, por lo tanto, efectivamente necesitan hacer la transición, en contraposición con algún grupo que perciben sin disforia de género real, como en los adolescentes y adultos jóvenes de hoy en día.
Abigail Shrier y Jesse Singal son dos ejemplos de personas muy conocidas que hacen esto. Por favor, comprenda: mi respeto y gratitud hacia ambas es inconmensurable. Shrier y Singal han recibido muchas críticas por sus opiniones, pero eso no les ha impedido compartir lo que han descubierto, incluso cuando no es políticamente correcto. Ambas han tenido un impacto más positivo del que yo, una escritora anónima con un par de miles de suscriptores, puedo esperar tener.* Así que, por favor, no malinterpreten esto como una minimización del enorme bien que han hecho.
Pero, en este punto, donde con frecuencia equiparan la "disforia de género real" y "ser trans", se han quedado un poco cortas, y aquí está la razón obvia por la que eso es contraproducente:
Si no entendemos completamente qué es la disforia de género, no podemos abordarla, y es un problema muy real en los adolescentes y adultos jóvenes de hoy. También corremos el riesgo de parecer tontos (o convertirnos en un blanco fácil de las críticas de la comunidad de la medicina de género) si afirmamos que muchos de los niños de hoy en día realmente no tienen disforia. No. LA TIENEN.
Si no entendemos completamente qué es la disforia de género, no podemos abordarla, y es un problema muy real en los adolescentes y adultos jóvenes de hoy.
Es solo que "tener disforia de género real" no es lo mismo que "ser trans".
Cuando hablamos de contagio social, entendamos: lo que se transmite de niño a niño es una disforia de género real, y necesitan ayuda. Pero la solución no es necesariamente la afirmación y hacer la transición.
Si ha leído TikTok Tics y Enfermedad Socio génica Masiva, podrá recordar que algunas personas que tenían "manía por bailar" en la Edad Media, bailaban literalmente hasta la muerte. Más recientemente, los niños y niñas que aprenden la anorexia o la bulimia de otros niños, tienen un problema real que podría matarlos.
Cuando hablamos de contagio social, entendamos: lo que se transmite de niño a niño es una disforia de género real, y necesitan ayuda. Pero la solución no es necesariamente la afirmación y hacer la transición.
Por lo tanto, "contagio social " no significa que su hijo se esté aferrando a una tendencia y pueda detenerse en cualquier momento que lo desee. No están fingiendo. No es tan simple como dejarse llevar por la multitud o seguir las modas. Han desarrollado un problema de salud mental real, probablemente encima de otros problemas de salud mental, y necesitan un tratamiento real.
Así que hablemos de ello.
La disforia de género es un diagnóstico de salud mental específico cada vez más común, y cualquiera puede tenerlo
Estos son los criterios para la disforia de género, según la Asociación Estadounidense de Psiquiatría:
Criterios: Disforia de Género en Adolescentes y Adultos
Una marcada incongruencia entre el género experimentado/expresado y el género asignado, de al menos seis meses de duración, manifestada por al menos dos o más de los siguientes síntomas:
Una marcada incongruencia entre el género experimentado/expresado y las características sexuales primarias y/o secundarias (o en adolescentes jóvenes, las características sexuales secundarias anticipadas)
Un fuerte deseo de deshacerse de las características sexuales primarias y/o secundarias debido a una marcada incongruencia con el género experimentado/expresado (o en adolescentes jóvenes, un deseo de prevenir el desarrollo de las características sexuales secundarias anticipadas)
Un fuerte deseo por las características sexuales primarias y/o secundarias del otro sexo
Un fuerte deseo de ser del otro sexo
Un fuerte deseo de ser tratado como el otro sexo
Una fuerte convicción de que uno tiene los sentimientos y reacciones típicos del otro sexo
La afección se asocia con malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento.
Una persona debe cumplir "dos o más" de estos siete criterios durante un periodo de seis meses, y como resultado, debe experimentar una angustia significativa.
Así, por ejemplo, una niña de secundaria que tiene un fuerte deseo de ser un niño (criterio 5) y un fuerte deseo de ser tratada como un niño por las personas en su vida (criterio 6), y que es realmente es infeliz porque no es un niño, puede ser diagnosticada, legítima y oficialmente, con disforia de género.
Eso es lo que es la disforia de género: que desearía que su cuerpo fuera diferente, que desearía que le trataran de manera diferente, y que se siente muy infeliz de cómo le afecta negativamente en su vida.
Eso es lo que es la disforia de género: que desearía que su cuerpo fuera diferente, que desearía que le trataran de manera diferente, y que se siente muy infeliz de cómo le afecta negativamente en su vida.
Déjeme repetir:
Todo esto es la disforia de género.
Vuelva a mirar esos criterios si no lo cree.
La disforia de género no es, como algunas personas parecen creer, una afección médica sutil y engañosa del mundo real diagnosticada por especialistas, donde, como lo describió una vez Jazz Jennings: una persona tiene "un cerebro de niña pero un cuerpo de niño".**
No.
Cuanto antes, todo el mundo entienda esto, mejor.
No solo nadie, en ninguna parte, nunca, ha sido diagnosticado con un cerebro en un cuerpo del sexo opuesto, sino que tampoco hay evidencia de que alguien pueda, ni siquiera hipotéticamente, tener un cerebro masculino en un cuerpo femenino, o viceversa.
No solo nadie, en ninguna parte, nunca, ha sido diagnosticado con un cerebro en un cuerpo del sexo opuesto, sino que tampoco hay evidencia de que alguien pueda, ni siquiera hipotéticamente, tener un cerebro masculino en un cuerpo femenino, o viceversa.
Si lo piensa, no es demasiado sorprendente. Tampoco hay evidencia, ni siquiera hipotéticamente, de que alguien pueda nacer con un riñón femenino en un cuerpo masculino, o un hígado masculino en un cuerpo femenino.
Simplemente esto no pasa. No hay un mecanismo hipotético para que alguna vez pase esto.
Eso no es lo que significa la disforia de género.
Cualquiera puede tener disforia de género, incluso su hijo, pero hay una enorme cantidad de causas para la disforia de género, ninguna de las cuales es "ser trans" en el sentido del cuerpo equivocado
Puestos a aclarar conceptos erróneos, aquí hay otro:
Tener disforia de género no significa que una persona “sea trans”.
Tener disforia de género no significa que una persona “sea trans”.
Si la disforia de género significa que una persona está muy angustiada por su cuerpo sexuado, puede haber, y siempre ha habido, varias causas para esa angustia. Muchas lesbianas y hombres gay de mediana edad (y algunas personas heterosexuales de mediana edad) le dirán que pasaron por una fase de la vida en la que deseaban ser genuinamente del sexo opuesto.
Sin embargo, dado que no había una cultura que les dijera, en aquel entonces, que podían "ser trans" y que podían hacer la transición, las personas finalmente aceptaron sus propios cuerpos, generalmente al final de la adolescencia, cuando llegaron a un acuerdo con su sexualidad y comenzaron a disfrutar de sus propios cuerpos.
Nota: El hecho de no ofrecerles la transición a estas personas no les afectó negativamente en sus vidas. Salieron de esta fase de la vida de forma natural, no como resultado de una terapia de conversión, o de personas que les dijeran que sus deseos eran incorrectos, o cualquier otra cosa. El hecho de que la abrumadora mayoría de estas personas, si se las dejaba solas en etapas tempranas, pasaban por esta fase y llegaban a sentirse satisfechas con sus cuerpos, fue la base de la "espera vigilante", el enfoque de tratamiento que precedió a la "afirmación y la transición". La sabiduría convencional era: dejar que los niños se expresen como deseen y dejar que estos se desarrollen de forma natural.
El hecho de que la abrumadora mayoría de estas personas, si se las dejaba solas en etapas tempranas, pasaban por esta fase y llegaban a sentirse satisfechas con sus cuerpos, fue la base de la "espera vigilante", el enfoque de tratamiento que precedió a la "afirmación y la transición". La sabiduría convencional era: dejar que los niños se expresen como deseen y dejar que estos se desarrollen de forma natural.
Hay muy, muy pocas personas, que pasaron por esa fase en la vida que desearían que la transición hubiera sido una opción para ellos cuando fueron adolescentes. No he conocido a ninguno. La mayoría de las veces, las personas le dirán que están aliviadas de haber crecido como lo hicieron, porque creen que se habrían vendido a la transición y que habría sido un error para ellos.
La disforia de género implica desear fuertemente ser del sexo opuesto y estar extremadamente molesto porque no lo eres, pero el sentido común le dirá que podría no ser un deseo permanente. También es de sentido común que un deseo tan general podría tener muchas causas diferentes.
¿Quién hizo la transición en el siglo XX?
A mediados y finales del siglo XX, en los viejos tiempos, había principalmente dos grupos de personas que experimentaban disforia de género y pasaban a la transición, y Ray Blanchard los describió: "transexuales homosexuales que se sentían atraídos exclusivamente por los hombres y eran femeninos, tanto en comportamiento como en apariencia; y transexuales autoginefílicos [típicamente hombres heterosexuales] que se excitaban sexualmente ante la idea de tener un cuerpo femenino”.
Blanchard describió solo a las mujeres trans porque en aquel entonces, si las mujeres trans eran increíblemente raras, los hombres trans lo eran aún más.
Podemos preguntarnos, desde una perspectiva de salud mental, por qué estos dos grupos de hombres buscaron la transición, pero no se equivoquen: esto se consideró un problema de salud mental en ese momento, no un problema físico de "cuerpo equivocado". Incluso si el paciente ocasionalmente creía estar en el “cuerpo equivocado”, esto se consideraba tan razonable como la creencia de que era Napoleón o que la CIA lo seguía. Ningún médico de prestigio habría considerado "afirmar" ninguna de esas cosas.
¿Por qué hombres homosexuales femeninos?
Una hipótesis, de por qué algunos hombres gay femeninos buscaron la transición, es que en el siglo XX todavía había mucho estigma asociado a ser gay. No es un gran salto imaginar que la fuente de al menos parte de la disforia de género de estos hombres, fue que deseaban ser mujeres para que su deseo sexual por los hombres y/o su amor por las cosas femeninas (ropa colorida, maquillaje, cabello largo) fuera aceptable socialmente.
Una hipótesis, de por qué algunos hombres gay femeninos buscaron la transición, es que en el siglo XX todavía había mucho estigma asociado a ser gay.
El hecho de que parezca que hoy vemos muy pocos hombres homosexuales femeninos que eligen la transición, podrían reflejar que ahora vivimos en una época en la que es más aceptable socialmente ser un hombre homosexual femenino.
¿Por qué hombres con auto ginefilia?
Una hipótesis de por qué algunos hombres con auto ginefilia desean hacer la transición es que, para algunos, su fetiche se vuelve más como una adicción: lo que comienza como una emoción sexual inofensiva se apodera gradualmente de sus vidas y se sale de control (al igual que cualquier otra adicción u obsesión puede salirse de control). ¿Por qué algunas personas tienen problemas con el alcoholismo y otros siguen siendo bebedores sociales toda su vida? Nadie lo sabe de verdad.
Para algunos, su fetiche se vuelve más como una adicción: lo que comienza como una emoción sexual inofensiva se apodera gradualmente de sus vidas y se sale de control
Algunos hombres que se sienten sexualmente atraídos por la idea de sí mismos como mujeres lo limitan a la fantasía, el travestismo o el juego de roles con sus parejas. Algunas personas pueden permanecer en este nivel casual para siempre. Pero como cualquier adicción, para algunas personas el deseo de ser realmente una mujer puede volverse cada vez más intenso y requerir acciones cada vez más extremas para desempeñar el papel. Hasta Renee Richards (ex tenista profesional que hizo la transición en la década de 1970) dijo: “No tuve otra opción”.
Este artículo del New York Times describe la experiencia de Richards de esta manera:
El Dr. Richards nunca escribe que se arrepienta de haber tenido su cirugía, sin embargo, enumera tantos arrepentimientos relacionados con su cambio de sexo que es como alguien que regresa una y otra vez al borde de un gran pozo, pero se niega a saltar. Esos sentimientos también fueron evidentes en entrevistas anteriores.
—En 1999, le dijo a la gente… — comienza el reportero.
El Dr. Richards interrumpe.
—Le dije a la gente lo que estaba sintiendo, lo que todavía siento: mejor ser un hombre intacto funcional al 100% de capacidad para todo, que ser una mujer transexual que es una mujer imperfecta.
En la misma entrevista, el Dr. Richards habló sobre desear algo que pudiera haber evitado la cirugía.
—Lo que dije fue que si hubiera una droga, algún vudú, cualquier tipo de remedio mágico que alterara la mente para mantener intacto al hombre, hubiera sido preferible, pero no lo había—, dice el Dr. Richards—. La presión para convertirme en mujer era tan fuerte que si no hubiera podido hacerlo, podría haberme suicidado.
Tenga en cuenta lo que Renee Richards no afirma: Richards no afirma haber sido "realmente" una mujer, como nuestra cultura entiende actualmente "ser trans" en el siglo XXI. Richards describe la presión para “transformarse en una mujer” que anuló todo lo demás en su vida.
Entonces, ¿quién hace la transición hoy, en el siglo XXI?
Vemos algunas de estas personas trans de la vieja escuela hoy en el siglo XXI. Por ejemplo, Blaire White es un ejemplo de alguien que nació hombre, y no le importa decirlo, que se sintió atraído por los hombres y eligió hacer la transición. En lugar de estar obsesionada con su sexo, su transición y esas cosas, parece haber superado su disforia de género para vivir una vida plena y feliz.
Y también vemos a algunos hombres autoginefílicos eligiendo la transición en el siglo XXI. Hace una semana, el podcast “Gender: A Wider Lens” presentó a Shannon Thrace, una mujer que estaba casada con un hombre que gradualmente se obsesionó, más y más, con el género. Su esposo comenzó vistiéndose y haciendo algunos juegos de rol en la cama, y ella lo apoyó. El creía que era un hombre heterosexual que disfrutaba de la feminidad, pero con el paso del tiempo llegó a creer que era un hombre al que le gustaba "presentarse como una mujer" (a tiempo parcial, luego a tiempo completo), y a medida que aumentaba su participación en las comunidades online y en la pornografía trans, llegó a angustiarse cuando las personas de su vida real no lo veían como una mujer. Gradualmente llegó a creer que era una mujer y se desinteresó de todos los demás aspectos de su vida. Finalmente, su pareja se divorció y él se sometió a una cirugía, pero aún lucha con su salud mental.
Si espera comprender la autoginefilia con simpatía, este es un podcast particularmente bueno para escuchar, porque Shannon expresa compasión y amor por su ex esposo y tristeza por lo que le ha sucedió a su salud mental y su relación.
Estos dos grupos de personas, los hombres homosexuales que disfrutan tanto de la feminidad que quieren ser mujeres, y los hombres heterosexuales con un fetiche sexual cada vez más obsesivo, todavía existen. El hecho de que dos grupos de personas muy diferentes, tradicionalmente se agruparan como "ser trans", ilustra que la disforia de género puede tener causas muy diferentes.
Nota: algunos médicos en el siglo XX intentaron que los hombres autoginefílicos no fueran considerados para la transición, porque creían que tenían resultados menos exitosos que los hombres homosexuales en cuanto a la salud mental. De hecho, como regla general eso parece ser cierto, pero incluso entonces, los hombres autoginefílicos que tenían la intención de vivir su fetiche sexual de forma abierta aprendieron lo que tenían que decir, para que sonara como si siempre se hubieran sentido femeninos "por dentro", desde la infancia. Desarrollaron una serie de puntos de conversación (jugar con muñecas, etc.) lo que frustró a los médicos, algo muy parecido a lo que les ocurre a los adolescentes hoy en día. Así que, incluso entonces, la transición no era considerada por todos como el tratamiento universal para la angustia por el género.
Lo que mucha gente no puede dejar de notar hoy en día, es que la demografía de las personas con disforia de género se ha expandido y cambiado. Si los hombres homosexuales femeninos y los hombres con autoginefilia tienen diferentes causas de su disforia de género, no es arriesgado suponer que nuevos grupos de personas con disforia de género podrían sufrirla por sus propias causas únicas, que incluso pueden requerir tratamientos únicos.
Si los hombres homosexuales femeninos y los hombres con autoginefilia tienen diferentes causas de su disforia de género, no es arriesgado suponer que nuevos grupos de personas con disforia de género podrían sufrirla por sus propias causas únicas, que incluso pueden requerir tratamientos únicos.
¿Por qué los adolescentes y adultos jóvenes pueden tener disforia de género?
Cualquier padre, o cualquiera que haya sido adolescente o adulto joven, puede decirle que las relaciones de los jóvenes con sus cuerpos y roles de género, son tensas. Realmente no es difícil llegar a una lista de razones por las que una persona joven realmente podría desear ser del sexo opuesto.
Algunos de ellos podrían ser:
Vergüenza de sentir atracción por personas del mismo sexo.
Angustia por la forma en que su cuerpo cambiante los ha llevado a ser tratados de manera sexualizada (manoseadas, acosadas verbalmente, silbadas, etc.).
Angustia por un historial de abuso o agresión sexual que la llevó a pensamientos de: “Si yo fuera un niño, esto no habría sucedido”.
Angustia por la inconformidad de género: ser una niña o un niño que no se ajusta a los estereotipos de roles de género de Barbie y Ken. No todos son animadoras o jugadores de fútbol; de hecho, la mayoría de las personas no lo son.
Angustia por sentirse socialmente incómodo o socialmente desincronizado, ya sean niños en el espectro del autismo, niños con vidas caóticas en el hogar, niños que cambian mucho de escuela, niños que tienen un historial de acoso. Las razones por las que se sienten socialmente desincronizados e incómodos en su propia piel, son muchas para los jóvenes.
Incluso la angustia, como Wesley Yang explicó tan bien la semana pasada, por ser un niño aburrido y heterosexual. Como él lo describe, "ser un niño heterosexual aburrido (¡especialmente una chica heterosexual aburrida!) le coloca en el último lugar de la jerarquía, un objetivo totalmente aceptable para el desprecio apenas disimulado y la intimidación pasiva". Una vez que te sientes mal contigo mismo por ser una "chica heterosexual aburrida", es fácil en el clima actual interpretar esos malos sentimientos como que no eres una chica heterosexual en absoluto.
En generaciones anteriores, los niños tenían muchos de estos problemas y más, pero "¡Tal vez te sientes así porque eres trans!" era algo que no estaba en la mente de nadie como posible explicación (ni en la comunidad médica o de salud mental, ni en los medios de comunicación, ni en las escuelas).
Pero ahora, en el siglo XXI, "¡Tal vez te sientes así porque eres trans!" es una hipótesis común que se ofrece a los jóvenes con cualquier tipo de inconformidad de género, torpeza, problemas de salud mental o fracaso social. Y una vez que estos adolescentes se auto diagnostican como “ser trans”, nuestra cultura plantea la afirmación y la transición como la solución concreta y definitiva.
En el siglo XXI, "¡Tal vez te sientes así porque eres trans!" es una hipótesis común que se ofrece a los jóvenes con cualquier tipo de inconformidad de género, torpeza, problemas de salud mental o fracaso social.
Imagine ser una persona joven e inexperta en apuros, o simplemente una persona que atraviesa las incomodidades y los cambios de la adolescencia. ¿Quién a esa edad no se siente a veces incómodo en su propio cuerpo?
Pero si en todas partes de la cultura actual está flotando la idea: "¡tal vez te sientes así porque eres trans!", no sorprende que esto se convierta en una creencia cultural generalizada, un “idioma para la angustia".
Cada cultura, cada tiempo y lugar, tiene su idioma para expresar la angustia. Si hubiera vivido en la Europa medieval y su vida no fuera como deseaba, podría haber creído que la bruja local le había hechizado y, por lo tanto, el diablo estaba interviniendo directamente en sus asuntos. Tan tonto como nos suena ahora, pero entonces esa era una forma común de angustia.
Si vives en occidente, en el siglo XXI, una creencia común entre los adolescentes y adultos jóvenes es: “mi angustia está causada por ser trans”. Es una forma común de expresar la angustia en estos tiempos, pero nadie habría atribuido su angustia a "ser trans" en la Europa del siglo XVI. Las personas dentro de 500 años se reirán de la idea de que la "transición" era la solución a los problemas de alguien, al igual que nos reímos ahora de las personas que pensaron que fueron hechizadas por brujas hace 500 años.
Las personas dentro de 500 años se reirán de la idea de que la "transición" era la solución a los problemas de alguien, al igual que nos reímos ahora de las personas que pensaron que fueron hechizadas por brujas hace 500 años.
Nadie “es” trans, al menos no en la forma en la que todo el mundo parece pensar
Así como la bruja local no era una bruja en absoluto, y no hizo un maleficio, tener malos sentimientos sobre su cuerpo no significa que sea "trans" en el sentido en que, la persona promedio de la calle, cree que significa.
No hay evidencia de que alguien pueda estar “en el cuerpo equivocado”. La disforia de género no es un problema médico, por lo que tampoco hay razón para suponer que el mejor tratamiento basado en la evidencia sea médico.
No hay evidencia de que alguien pueda estar “en el cuerpo equivocado”. La disforia de género no es un problema médico, por lo que tampoco hay razón para suponer que el mejor tratamiento basado en la evidencia sea médico.
La transición es un conjunto de procedimientos cosméticos que pueden o no mejorar su vida. Blaire White es el raro caso de persona a quien la transición parece haber mejorado la vida, pero Blaire White también sigue creyendo que es hombre y es feliz así: hizo la transición y ya no tiene disforia de género. Si, por ejemplo, alguien la malinterpreta, podría pensar que esa persona es grosera, pero su salud mental no se verá afectada.
Nuestras nuevas reglas y prácticas para tratar a las personas trans como si fueran frágiles demuestran que estamos en el camino equivocado
Así que piense en esto por un minuto: en el siglo XXI, tenemos esta cohorte de personas que supuestamente son muy frágiles.
Pero si "ser trans" es su "problema" y la transición es el tratamiento basado en la evidencia para ello, entonces la transición debería hacerlos felices y satisfechos, ¿verdad?
Si "ser trans" es su "problema" y la transición es el tratamiento basado en la evidencia para ello, entonces la transición debería hacerlos felices y satisfechos, ¿verdad?
Si la transición es adecuada para ellos, ¿no serían como Blaire White y se reirían de cosas como ser malinterpretados o de que usen el nombre muerto? Una vez que hayan hecho la transición, ¿los adolescentes extravagantes que antes eran torpes, no serían felices y seguirían con sus vidas, dedicando su tiempo a satisfacer sus intereses, amigos y pasatiempos?
¿No serían sus problemas de salud mental abordados con éxito por el tratamiento que pretende resolver su diagnóstico de salud mental de disforia de género? Y si no lo es, ¿qué está haciendo el tratamiento, además de esterilizarlos; colocándolos en mayor riesgo de varios problemas cardiovasculares, osteoporosis y cáncer; destruyendo su sexualidad; y limitando sus futuras citas y relaciones de parejas?***
El hecho de que parezca que hayamos creado una cohorte de personas que han transicionado, y que todavía son tan frágiles y disfóricas, que no pueden tolerar que se les equivoque el género o se utilicen sus nombres anteriores, es una gran señal de alerta de que la transición no ha ayudado a abordar las causas subyacentes de su disforia de género. Estamos en el camino equivocado.
El hecho de que parezca que hayamos creado una cohorte de personas que han transicionado, y que todavía son tan frágiles y disfóricas, que no pueden tolerar que se les equivoque el género o se utilicen sus nombres anteriores, es una gran señal de alerta de que la transición no ha ayudado a abordar las causas subyacentes de su disforia de género. Estamos en el camino equivocado.
Tenían, todavía tienen, un diagnóstico de salud mental real de disforia de género y, sin embargo, la transición (que se supone que debemos creer que es el tratamiento progresivo y basado en la evidencia para todas las personas con disforia de género), no hizo que su disforia de género desapareciera.
¿Es posible, decir, que una chica peculiar y socialmente incómoda pueda desarrollar una creencia sincera de que sus sentimientos de incomodidad se deben a que esté en el cuerpo equivocado, porque esa es la forma de expresar la angustia que nuestra cultura le ofrece en nuestro tiempo y lugar? (Hay una razón por la que será mucho más probable que atribuya sus problemas sociales al género y no al maleficio de una bruja). ¿Podría esta niña, por lo tanto, desarrollar un verdadero caso de disforia de género? Sí.
Pero luego, cuando la afirmación y la transición se ofrecen como tratamiento, es muy probable que esta chica descubra que todavía es peculiar y socialmente torpe, tal como su equivalente en la Edad Media descubrió que sus cosechas aún eran malas después de que la bruja fuera quemada en la hoguera. De alguna manera, no se siente tan bien como esperaba sentirse.
Si visita el subreddit /r detrans, encontrará muchas personas, después de la transición, compartiendo sus historias y diciendo que sus problemas no desaparecieron. El tratamiento no funcionó. A menudo, si deciden la detransición, se les culpa por sus propios problemas, se les dice que deben haber cometido un error; que no eran “realmente trans".
Podría estar de acuerdo en que no eran "realmente trans" (ya que nadie lo es, en la forma en que lo concibe nuestra ideología de género del siglo XXI), pero "realmente tenían disforia de género", y ¿quién tiene la culpa aquí? ¿El paciente o los médicos? Los detransicionadores tienen todo el derecho a estar enfadados por haber sido conducidos por ese camino. Es un problema que solo irá a peor antes de mejorar.
Los detransicionadores tienen todo el derecho a estar enfadados por haber sido conducidos por ese camino. Es un problema que solo irá a peor antes de mejorar.
¿Como sucedió esto? Estas personas tenían (y a veces todavía tienen) disforia de género real (su diagnóstico fue 100% correcto), pero el tratamiento de la transición, basado en el malentendido de que la disforia de género es causada por "ser trans", es el problema.
Después de un par de décadas llevando a cabo estos tratamientos experimentales en un número, cada vez mayor, de adolescentes y adultos jóvenes, y la falta de más casos como el de "Blaire Whites" en el mundo lo demuestra. La gran cantidad de personas frágiles, infelices y emocionalmente angustiadas que siguen siendo frágiles, infelices y emocionalmente angustiadas después de la transición, nos dice que necesitamos diferentes tratamientos para la disforia de género.
La gran cantidad de personas frágiles, infelices y emocionalmente angustiadas que siguen siendo frágiles, infelices y emocionalmente angustiadas después de la transición, nos dice que necesitamos diferentes tratamientos para la disforia de género.
Este es un problema de tratamiento, no de diagnóstico. Si un médico le dice que su hijo tiene disforia de género y usted lo cree, no necesariamente tiene que estar de acuerdo en que la solución es la transición. No lo es.
*Pero siéntase libre de compartir este boletín para que estas ideas, particularmente lo referente a lo “trans como una creación cultural”, puedan tener más influencia. Planeo mantener el contenido gratuito para todos, aunque agradezco profundamente a los pocos suscriptores (¡gracias!) que eligen pagar para apoyar este proyecto.
**Jazz Jennings era un niño saludable de tres años que quería un traje de baño brillante de niñas, y en base a ello fue transicionado, no por "su cerebro", pero esa es una discusión para otro día.
*** Aparte de eso, Sra. Lincoln, ¿cómo disfrutó de la obra?
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