Traducción del artículo original: The Swedish U-Turn on Gender Transitioning for Children - CANADIAN GENDER REPORT
May 5, 2021 El cambio de sentido es oficial
Suecia ha terminado, de manera oficial, con la práctica de prescripción de bloqueadores hormonales y el tratamiento de hormonas cruzadas para menores de 18 años. Han reconocido la naturaleza experimental del tratamiento a menores con bloqueadores de pubertad y hormonas y han establecido nuevos protocolos que se desvían de forma significativa de la WPATH (Asociación Mundial de Profesionales para la Salud Transgénero) y de las “asociaciones profesionales” a las que el gobierno de Canadá y las autoridades sanitarias están escuchando. Puedes acceder a los documentos oficiales y leer más en el resumen publicado por la Sociedad para la Medicina de Género basada en la Evidencia.
El siguiente gráfico muestra todas las derivaciones a clínicas de género en Suecia. La forma de U invertida de la curva es extremadamente interesante. Las referencias a clínicas de género cayeron drásticamente en 2019. ¿Por qué? ¿Y por qué no ha habido rebote? ¿La experiencia sueca nos está diciendo algo sobre la propaganda y la posible desilusión que rodean a la práctica de los niños en transición médica?
Fuente: Presentación por parte de Louise Frisén, Médico jefe, profesora asociada de psiquiatría infantil y adolescente en la clínica KID (Estocolmo) para incongruencia y disforia de género, impartido en un seminario del Consejo Sueco de Ética Médica el 6 de febrero de 2020
El repentino y brusco aumento sugiere un evento desencadenante. Ciertamente, el crecimiento explosivo de mujeres natales que buscan la transición de género es un fenómeno nuevo en los países con ingresos elevados. Ha coincidido con el advenimiento de las redes sociales y la popularización del “transgénero” en los principales medios de comunicación y en línea.
El psiquiatra infantil sueco Sven Roman ha comparado el crecimiento explosivo en el número de casos de disforia de género con otras afecciones psiquiátricas, como los trastornos alimentarios y la conducta de autolesión, que se sabe que se propagan con los contactos sociales. Documenta el proceso de descubrimiento que atravesó la comunidad médica para comprender la mejor manera de tratar este tipo de afecciones. Durante la última década, asegura que la investigación ha demostrado que la psicoterapia de apoyo puede reducir o detener el comportamiento de autolesión en 3 meses.
Sobre la avalancha de casos de disforia de género que se están remitiendo, comenta:
A diferencia de la epidemia de comportamiento autolesivo, los proveedores de cuidados (de disforia de género) no están explorando lo necesario para encontrar el tratamiento adecuado. Por el contrario, en un frente amplio, se está introduciendo un tratamiento drástico con altas dosis de hormonas sexuales y cirugía de mama y genital. Esto a pesar de la falta de evidencia científica de estos tratamientos para niños y, probablemente, tampoco para adultos jóvenes.
Sven Roman, doctor y psiquiatra infantil
En el otoño de 2019, hubo una reducción del 65% en el número de derivados a clínicas de género en Suecia. Esto corresponde con la solicitud de los expertos, que pidieron al gobierno que revisara los protocolos clínicos y al hecho de que se diera una cobertura más equilibrada en los medios de comunicación acerca del fenómeno del arrepentimiento entre los transicionadores de género, incluida la emisión de un documental titulado “Trans Train”.
La tercera parte del documental incluye varias entrevistas a detransicionadores y revela que la transición médica de los menores no está basada en la evidencia. Una mujer trans de alto perfil en Suecia -Aleksa Lundberg- también salía en los medios de comunicación asegurando que si tuviera que volver a tomar la decisión de nuevo "podría no haberme operado". Decía que había creído que "había una base más científica" para esta atención sanitaria pero que, desde entonces, se había dado cuenta de que no era así. Decía que la gente se merecía "una narrativa más compleja" que la simple narrativa pública que los medios de comunicación han promovido sobre el tema de la transición de género.
Las derivaciones se han mantenido en un nivel constante, lo que indica que la necesidad médica de la transición de género era cuestionable para muchos de los jóvenes que eran remitidos para su tratamiento. Nos han confirmado que el tratamiento de los menores incluye ahora (extraoficialmente) la derivación de muchos a una evaluación psiquiátrica. Anteriormente, se nos ha confirmado, que a casi el 100% de los jóvenes trans identificados que eran remitidos a las clínicas de género, se les prescribían bloqueadores de la pubertad u hormonas de sexo cruzado.
Antecedentes
En el otoño de 2018, el gobierno demócrata socialista de Suecia propuso una nueva ley que habría reducido la edad mínima para la cirugía de reasignación de sexo de 18 a 15 años, eliminando cualquier requerimiento de consentimiento paterno y permitiendo que niños de 12 años pudieran modificar el registro de sexo legal.
Sin embargo, el gobierno recibió una importante reacción por parte de la comunidad científica. Christopher Gillberg, profesor y psiquiatra de la Academia Sahlgrenska de Gotemburgo, escribió un artículo en el periódico Svenska Dagbladet en el que advertía que el tratamiento hormonal y la cirugía en niños era “un gran experimento” que corría el riesgo de convertirse en uno de los peores escándalos médicos del país.
El gobierno sueco archivó su propuesta de ley y, en su lugar, ha pedido una revisión en tres partes en respuesta a una propuesta del Consejo Nacional Sueco de Ética Médica.
Tareas de revisión en curso de las 3 agencias gubernamentales
A finales de 2019, el Consejo Nacional de Ética Médica de Suecia propuso que el Ministerio de Sanidad y Asuntos Sociales encargara a tres organismos gubernamentales "reforzar la base de conocimientos para la evaluación y el tratamiento de la disforia de género de niños y adolescentes". Exponen sus preocupaciones de la siguiente manera:
En nuestros diálogos con las partes interesadas, hemos encontrado opiniones muy diferentes sobre la evaluación y el tratamiento de la disforia de género, incluyendo la literatura especializada y el debate público. Estas diferencias se refieren, en parte, a los hechos y a cómo deben interpretarse y, en parte, a los valores.
Y
Independientemente de su actitud ante las actividades sanitarias en este ámbito, los actores dejan claro que es necesario reforzar la base científica. Cuando el Consejo Nacional Sueco de Ética Médica ha debatido cuestiones éticas relacionadas con la disforia de género, las lagunas de conocimiento y la incertidumbre han sido un tema central.
En su carta, se destacó la necesidad de participación de tres organismos gubernamentales:
La Agencia Sueca para la Evaluación de la Tecnología Sanitaria y la Evaluación de los Servicios Sociales (SBU) – para realizar una revisión bibliográfica sistemática de la base científica utilizada a la hora de evaluar a los niños y jóvenes con disforia de género, y lo que se sabe sobre los efectos a largo plazo en la salud física y mental. Esto debería incluir, también, una revisión de lo que se sabe sobre las causas del aumento del número de niños y jóvenes, especialmente niñas, que buscan evaluación y tratamiento para la disforia de género en los países de altos ingresos. En el debate surgen diferentes afirmaciones sobre lo común que es que las personas que han iniciado un tratamiento para la disforia de género cuando son niños o adolescentes cambien de opinión. Lo que se sabe sobre esto también debería incluirse en la revisión.
La Agencia Sueca de Productos Médicos - para analizar la prescripción de bloqueadores de la pubertad y hormonas a niños y jóvenes.
La Junta Nacional de Salud y Bienestar debería recibir instrucciones para actualizar urgentemente su material de apoyo al conocimiento titulado "God vård av barn och ungdomar med könsdysfori" ("Buena atención a los niños y adolescentes con disforia de género").
Actualización de la Junta Nacional de Salud y Bienestar de Suecia (NBHW)
El NBHW está revisando sus directrices de tratamiento, que se distribuirán para recibir comentarios de las organizaciones y el público durante 2021 y se finalizarán en 2022.
Oficialmente y hasta la fecha, el Consejo Nacional de Salud y Bienestar Social sólo ha publicado un informe preliminar sobre "La evolución del diagnóstico de disforia de género":
Las conclusiones resumidas del informe afirman que:
"El diagnóstico de disforia de género está aumentando en la población, especialmente entre los niños y los adultos jóvenes, donde la proporción de nuevos casos entre los adolescentes de 13 a 17 años registrados como mujeres al nacer es la que más ha aumentado. El aumento de la tasa de nuevos casos hará que aumente el número total de personas diagnosticadas con disforia de género. En vista de ello, la evolución exigirá que la atención sanitaria esté adecuadamente diseñada y sea lo suficientemente sólida como para garantizar una investigación y un tratamiento completos. Además, el tratamiento puede ser de por vida, lo que significa que las personas con disforia de género necesitan el apoyo del sistema sanitario durante largos periodos de tiempo.
Las personas con disforia de género, especialmente los jóvenes, tienen una alta incidencia de diagnósticos psiquiátricos concurrentes, conductas de autolesión e intentos de suicidio en comparación con la población general. Los diagnósticos psiquiátricos concurrentes entre las personas con disforia de género son, por lo tanto, un factor que debe considerarse más detenidamente durante la investigación. Las tasas de mortalidad por suicidio son mayores entre las personas con disforia de género en comparación con la población general. Al mismo tiempo, las personas con disforia de género que se suicidan tienen una tasa muy alta de diagnósticos psiquiátricos graves concurrentes, que en sí mismos aumentan considerablemente el riesgo de suicidio. Por lo tanto, no es posible determinar en qué medida la disforia de género contribuye por sí sola al suicidio, ya que estos diagnósticos psiquiátricos suelen preceder al suicidio."
Las noticias suecas sobre este informe también informan de que "la encuesta de autoridad muestra que las personas con disforia de género, especialmente los jóvenes, tienen una alta incidencia de diagnósticos psiquiátricos concomitantes, conductas autolesivas o intentos de suicidio en comparación con el resto de la población". Además, "los diagnósticos que destacan son la depresión, los trastornos de ansiedad, el TDAH y el autismo".
En el grupo de mujeres natales de 13 a 17 años, el informe sueco NBHW afirma que la comorbilidad es mayor. En esta cohorte sin precedentes de chicas adolescentes que buscan la transición de género se encontraron las siguientes comorbilidades:
32,4% trastorno de ansiedad
28,9% algún tipo de trastorno depresivo
19,4% TDAH
15,2% Autismo
El informe también plantea importantes cuestiones sobre la causalidad y el riesgo de suicidio de las personas con disforia de género, dada la "altísima tasa de diagnósticos psiquiátricos difíciles concomitantes". Esto hace que sea difícil distinguir una cosa de la otra con respecto al riesgo de suicidio, dijo un investigador de la Junta Nacional de Salud y Bienestar.
Protocolo de tratamiento actual en Suecia
Suecia no permite las cirugías de afirmación del género en jóvenes menores de 18 años.
Según un vídeo reciente, a partir de finales de 2020, solo los especialistas en psiquiatría infantil pueden remitir a los niños a las clínicas de género para una evaluación que pueda conducir a la iniciación de bloqueadores de la pubertad o a una terapia hormonal cruzada. El país sigue buscando pruebas adicionales que respalden estas normas de atención.
14:22
La revisión realizada por la Agencia Sueca de Evaluación de Tecnologías Sanitarias y Evaluación de Servicios Sociales no ha encontrado ninguna prueba que explique el aumento en la prevalencia de niños y adolescentes que buscan la transición de género y "pocos" estudios sobre el tratamiento de afirmación del género. La revisión no ofrece ninguna opinión sobre las conclusiones o la metodología utilizada en esos estudios. El resumen de esta revisión está disponible en inglés aquí:
El aumento de las derivaciones a clínicas de género en Suecia es similar al de Canadá
Suecia ha visto un aumento del 1.500% en las derivaciones para la transición de género entre 2008 y 2018, según datos del Consejo de Salud y Bienestar de Suecia. El aumento en Suecia está siendo impulsado por los jóvenes de 13 a 17 años nacidos como mujeres. ¡Esta tendencia es coherente con los datos comunicados por Trans Youth Can! - un grupo que lleva a cabo un estudio de observación voluntario sobre los jóvenes que han sido remitidos para recibir bloqueadores de la pubertad y otras terapias hormonales en Canadá.
Conclusiones
Parece ser que el protocolo que está teniendo lugar en la mayoría de las clínicas de género en Canadá es el procedimiento acelerado de transición médica, con padres y detransicionadores que expresan sorpresa y shock de que la transición médica se esté ofreciendo como tratamiento de primera línea.
El fuerte descenso de las derivaciones en Suecia se debió a que los padres y los médicos de cabecera se dieron cuenta de que enviar a los niños a una clínica de género no les proporcionaría, necesariamente, una evaluación o servicios adicionales, sino que los pondría en la vía rápida de los bloqueadores de la pubertad y las hormonas para el cambio de sexo.
La experiencia en Suecia, y las correspondientes similitudes en Canadá, apuntan a una importante laguna en la evaluación y los servicios para los jóvenes identificados como trans, a fin de garantizar que se dé prioridad a su bienestar físico y mental a largo plazo por encima de una solución rápida de bloqueadores de la pubertad y hormonas para el cambio de sexo.
Las investigaciones indican que los jóvenes se ven atrapados en un camino médico de una sola dirección, ya que casi el 98% a los que se les recetan bloqueadores de la pubertad continúan con la transición médica incluso cuando no hay pruebas de beneficios a largo plazo.
Además, el riesgo de suicidio se utiliza a menudo como justificación para facilitar el acceso a la transición médica de los niños y adultos identificados como trans. Los defensores de la transición consideran que la necesidad de evaluaciones y exámenes es deshumanizada e innecesaria. Claramente, los datos del NBHW sueco no apoyan esta postura. Las personas que se suicidan tienen una enfermedad mental subyacente que requiere un tratamiento y una atención expertos. Sería una negligencia médica evitar la evaluación psiquiátrica y/o negar los servicios psicológicos correspondientes para proporcionar tratamiento a esta población en la que el riesgo de suicidio es elevado debido a estas comorbilidades.
Será muy interesante ver cómo toman forma y evolucionan las directrices clínicas oficiales en Suecia durante los próximos 2 años.
¿Cuándo empezará Canadá a hacerse preguntas como Suecia?
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